Por: Miguel González Compeán | Opinión
Viernes 21 de Marzo de 2008 | Hora de publicación: 00:33
Un jovencito de 17 años lanza un correo al espacio cibernauta con buenas intenciones; las suyas, por supuesto. Tenemos que sacar a los emos de la plaza mayor. Es nuestro territorio y no se vale que estos mamones, loosers que no creen en nada en la vida, estén ahí, en nuestra plaza querida e inmaculada, sostenía.
Unos días después, alrededor de 3,000 jóvenes se agolpan en la plaza de la ciudad de Querétaro con una consigna, con palos, con fierros y hasta armas de fuego. Durante horas se enfrentan contra los emos. Los emos no pueden repeler la agresión, pues no está en su filosofía. Aquellos los golpean y a tres los lastiman al punto de dejarlos como carne de hospital.
¿Por qué hacen esto? le pregunta al joven, la autoridad tutelar que ha descubierto quien es el iniciador intelectual de la trifulca. Me cagan y son insoportables, contesta el muchacho con convicción. Están enojados con la vida y son súper emotivos. No me late que estén en la plaza con todos nosotros.